domingo, enero 20, 2008

Parque Centenario


a mis amigos



Las personas se asustan de su propio poder.
La pregunta, qué hacer
qué interés servir
cómo seguir viviendo
luego de una invención
sin problemas
a la espera
al paso del tiempo
las palomas son pintitas
y los patos giran en un disco de agua.

Quienes están conmigo en ese disco de agua
todos somos huérfanos
hemos perdido esa parte del pasado
cuando el mundo era finito
y su senda una posta
de otros.

Este planeta
pacífico augurio parece
jardín
la crueldad solamente
una reminiscencia
sueño malvado lejano
de perderlos.

lunes, enero 14, 2008

Quien siempre gana es Poseidón

Un millón de caballos de cascos sordos
se acercan sin que me dé cuenta
levantan a mi lado una polvareda
me ciega, la tierra se mueve
intranquila por la vibración intensa
que transmiten las fieras
puro tacto, sin vista u oído,
el estruendo que percibo
no encuentra razón ni causa,
mas es inextinguible, incuestionable
podrían ser ciervos o perros o gigantes camiones
podría ser solo mi imaginación.
Así, no hay realismo que valga.



*
Íconos del registro del movimiento del mar
parecería posible sintetizar sus elementos, su baba
pero su proporción, su frecuencia y su epilepsia
son el hipnotismo eterno, el silencio de la noche
el hipopótamo y la profundidad del espejo
Las paredes y formas a mi alrededor son suntuosas
el maquinismo es del maquinista,
con música de Artemiev, y turbinas
el piano es una máquina
el cuerpo es una máquina
mundo preferido, nocturno,
de la noche que huye
se refleja en los patos
no hay tal silencio, no existe
es el camino que siguen los hijos
las máquinas del parque
jardín mecánico
depende del brillo siempre humano
y la luna es joyesca
como las mentiras de la mente
el amor puro es esporádico
cada espora define su fulgor
como una cuestión de perspectiva.


*

Intermitencia, inercia, blanco, controversia,
el sueño, el rapto, fuera de mí,
cuerpo y cerebro, máquinas de carne
pura máquina es pura emoción

simple como una bocanada
respirada demasiado rápido
susto, caer de un precipicio
o hacer el ridículo,
sonrojarse por un momento

a cada momento
el jadeo del perro
su intermitencia es continua
su continuidad es emitida
por el último rayo
que llegue a vislumbrar
cómo morir
cómo no morir



*
Es una elección
contante y sonante
falta de velo
hace zarpar el sueño
en el medio de la conciencia
las tramas se confunden
los tiempos pierden perspectivas
lo rotundo lejano
puede parecer diminuto y cercano
lo cercano parece lo más grande
e igual de pequeño, que lo rotundo
la hipérbole
iguala las unidades
entre sí
confunde las apariencias
se imprime en un plano
como una foto
de lo real
nadie me para
me licúo en esa foto
soy un ente, una lente
fuera de sí
sin edad
en vela
el principio de los tiempos
ya no parece esta mañana.


*
El espejo, bella durmiente
es el mar en viento y hojas
un pájaro que se despeña
las manos se atiesan
lo que tiñe el mundo
mi john
mi wendy
jardín,
quien siempre gana es Poseidón
зеркало
Sonido
música de Edward Artemiev
vive esta gente?
al tiempo dejo de confiar
las personas cambian
y viene el viento
las personas vuelven

el incendio bajo la lluvia
de una infancia prestada
es el todo del mundo
y su crepitar
todo el arte dice lo mismo
“acabo de verte en sueños, mamá”
se murió Elizabeta
Beatriz
es la misma mujer
o un error de imprenta
tenemos un nombre para cada cuadro
la fábrica es la nave
otra vez fallé
mente, te parecés a ella.


Escribí estos poemas entre los últimos meses del 2007 y los primeros días del 2008. Se los dedico a Adriana, Agostina, Celeste y Victoria, quienes publican conmigo en la colección 007, amigas y musas muy presentes en estos textos, junto a otras influencias inevitables.
Así es el calor.

domingo, enero 06, 2008

Feliz año nuevo

Hoy no puedo decir
“no me querés”
es extraño,
soñé con una casa de piedra
que era un rejunte de casas
en las que habité en el pasado
y la de una vecina
y la casa de mis sueños
una escalera de piedra
con floreros
nada de mármol
solo piedra gris
con musgo
incluso descuidado
el muro
rodeado de un jardín
mi hermana era la dueña de la casa
y del bebé
ese extraño
se acercaba
y mi ex
con él
yo me iba
casi corría
la casa la torre en el parque Lezama
y las flores violetitas en el florerón de piedra
-celestes-
decía
“extraño”
mi casa vieja
la casa de mi abuela.


Escribí este poema hace más de tres años, allá por mayo o junio de 2004 y cuenta un sueño que tuve entonces. Hoy lo recordé como si hubiese soñado ese mismo sueño de nuevo ayer.