martes, septiembre 16, 2008

Lumbral

Un umbral de cristal. El paso de la sombra
y su sexo, enorme y jugoso. Desde la sombra
veo, bebo, el futuro que liquida, el impacto
de lo urdido en el umbral de la incertidumbre.
Método de composición, trabajo del sueño. Fósiles
lunáticos en sombras. Sus fases oscuras, sus ruidos blancos
y esa cara insomnia, indisolubia,
baile de pautas del encantamiento
transitado como una conducta
el efecto se produce, el acceso arranca:
el umbral existe, ritual mágico de los mohines,
receta de lo umbrío que convive, con vida,
bebida de lo visto, lo que luzco y lo que (sé)
esconde tras la espalda, umbral de orificios
imaginados en la acción. Siento su sexo,
clavado, enorme y jugoso. En el climax
el líquido pasa, atraviesa el umbral, da fin al cuento:
hay futuro. Hay futuro en esa sombra,
narración, paciencia, predicha, poción refrita.
La impaciencia extenuante, la escalera precisa
la indecisión del umbral y su penumbral
luminiscencia de sexo abierto, y reversible.
Oscuridad y luz. Y reversible. Luz, oscuridad
y sombra de lo diurno que no duerme, noche que no se sueña, fulgor.
Fulgencia. Resplandor. Línea de luz al filo de esa puerta, hambre, lumbre.